El escritor nos engañaba. Su dedicación a la novela juvenil
ocultaba su lado más oscuro. Las evocaciones de una niña en tiempos de la
guerra no eran ni de cerca su verdadero afán. Una abundante fuente de
obscenidad llenaba su alma minuto a minuto, y cuando se desbordó, escapó de su
pluma un grueso volumen lleno de aberraciones: violencia, homofobia, sexo
fuerte, políticos corruptos, académicos de opereta.
No, no es ficción. Es Eloy M. Cebrián, el autor de Albacete que viene a
añadir más tinta oscura al Sábado Negro. ¿Quién diría que un día iba a
sustituir la nobleza de Bucéfalo por un horripilante perro que vomita en un
aula? ¿Cómo ha podido su mente inventar un lugar que convierte la mansión de
Play Boy en un simple convento? ¿Qué puede tener contra la noble clase
política? Que nos lo cuente él, que para eso viene. Y trae bajo el brazo LOS
FANTASMAS DE EDIMBURGO, la obra que
definitivamente lo desenmascara.
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