Si hubiera vivido en el New York de los años 30, Marcelo Ortega habría llevado el bloc
de notas metido en la cinta del sombrero. Y se pondría tirantes para sujetarse
los pantalones. (Aunque bien pensado, eso ya lo hace...)
El Sábado Negro cuenta con la presencia
de este moderno periodista chapado a la antigua (o por lo menos, chapado al
estilo de los periodistas del cine negro), quien también ha realizado
incursiones muy serias en la literatura policíaca, el western, el fantástico, e
incluso en un subgénero de la poesía japoneso-albaceteña: los haikus del bar.
Este autor nos garantiza al menos 24
cervezas (que en realidad serán más), y acompañará a Pablo Fernández
Graciani en nuestro oscurísimo viaje al Gran
Hotel Cinema...
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